vamos abriendo los ojos

Después de un rato… me dí cuenta de que estaba sola, completamente sola. La compañía de una vela, las sombras que jugueteaban con las yemas de mis dedos y uno que otro sonido extraño no alcanzaban a crear una sola respiración, un solo roce cálido como lo haría cualquier otro ser humano. Y caí en cuenta, de que estaba sola, completamente sola.